La insoportable forma de ser de las feminazis.

Vaya por delante que soy defensor de la igualdad de sexos en derechos, obligaciones y oportunidades. Estoy muy a favor de que la mujer estudie y trabaje. En mi empleo casi siempre he tenido jefas y jamás tuve problema alguno con ellas. No me importaría que una señora fuera presidenta de mi nación. Me quito el sombrero ante aquellas damas que  han demostrado ser no igual sino incluso más valiosas que sus colegas masculinos, como Marie Curie o María Moliner. Me horripila que en Arabia Saudita una mujer no pueda conducir, que en Nigeria se le practique la ablación de clítoris o en Bangladesh se le pueda arrojar ácido sulfúrico a la cara con impunidad. Pero nada de esto me impedirá ser acusado de machista por pensar que el feminismo ha pasado de reivindicar la justicia social a convertirse en una ideología totalitaria que destila revanchismo y odio para con el varón.

1) El feminazismo pretende crear una sociedad artificial mediante un ejercicio de ingeniería social. Por ejemplo reivindicando que un hijo lleve el apellido de la madre antes que el del padre (no me parece mal, dicho sea de paso, pero en los países anglosajones las mujeres toman el apellido del marido al casarse y se enorgullecen de ello). Y anhelan crear un lenguaje de laboratorio. Se quejan de que “hombre” pueda designar a toda la humanidad, cuando “hombre” es la traducción latina de “homo” (sapiens sapiens) y fomentan absurdos dobletes como “vascos y vascas”, “españoles y españolas”, “arquitectos y arquitectas”, etc, que es tan grotesco como decir “periodistos y periodistas”, “socialistos y socialistas”, “gilipollos y gilipollas”. Sorprende, en una incoherencia feminazi, que a los hombres nos acusen de “machistas” en lugar de “machistos” como debiera ser.

2) El feminazismo es hipócrita. Clama por una mujer “independiente”  pero que sea el hombre el que pague cuando salgan a cenar. Quiere que el marido pase la fregona en casa pero no que la mujer cumpla el servicio militar obligatorio en los muchos estados que aún lo mantienen. Que el marido sea un calzonazos que diga “sí cariño” a todo, so pena de acusarlo de opresor.  Se burla cruelmente si a un varón le amputa el pene su esposa pero no tolera el más mínimo chiste sobre mujeres. Reclama una pensión de paternidad a un varón pero deja sin voz ni voto a un padre al grito abortista de “¡nosotras parimos, nosotras decidimos!”. Ellas se exhiben como pedazos de carne y luego se quejan de que los tíos sólo piensan en sexo. Culpan a los varones actuales por las injusticias machistas que padecieron nuestras tatarabuelas cuando en aquel tiempo nosotros ni siquiera habíamos nacido.

3) El feminazismo no busca la igualdad de sexos sino la discriminación del hombre a modo de venganza. Puede que en Irán la mujer esté discriminada, pero en España sin duda el discriminado es el varón. En este país hay un código penal diferente para cada sexo. El maltrato es considerado delito si eres hombre y falta si eres fémina. Hay denuncias falsas que salen adelante amparadas por la palabra de la mujer. En caso de divorcio, la esposa se queda con todo y el marido de patitas en la calle. El 75% de denuncias por malos tratos son falsas. A muchos padres divorciados les es negado ver a sus hijos. Dicen que están discriminadas salarialmente pero jamás he conocido que en una empresa a una mujer le paguen menos dinero que a un hombre a igual trabajo en iguales condiciones. Niegan ser el “sexo débil”  pero luego van y reclaman paridades, que es el recurso de los mediocres.

11234923_10207147845706993_4118676278626604744_n

4) El feminazismo culpa al hombre de los fracasos y limitaciones de la mujer. Yahoo, Google, Facebook o Twitter son ejemplos de empresas muy recientes fundadas por hombres en un país y una época en que las mujeres tienen igualdad de oportunidades. ¿Dónde está la mujer que como Joan Roig herede de sus padres unas carnicerías familiares y cree un imperio como Mercadona? ¿Dónde está la mujer que, como Bill Gates, empiece trabajando en el garaje de sus padres y acabe inventando Windows? Frente a estas preguntas incómodas, es más fácil  contar historietas lacrimógenas de hace centenares de años o rebuznar mantras tales como “machismo” o “patriarcado” incluso en una época en que una mujer tiene ventajas fiscales para montar su propio negocio. Señoras feminazis; no le echen la culpa a la extinta sociedad del siglo XIX de sus fracasos en el siglo XXI.

El feminismo actual -que en Occidente al menos casi en su totalidad es sinónimo de feminazismo- es la otra cara de la moneda de ese machismo cavernícola que busca oprimir a la mujer. Es resentimiento, amargura, frustración, odio puro. Y la discriminación del varón es apoyada, fomentada y aplaudida en Europa por algunos calzonazos descerebrados con el mismo entusiasmo con el que algunas tipas descerebradas defienden la ablación de clítoris en África. Hombres defendiendo la androfobia… debe ser algún tipo de nuevo síndrome de Estocolmo, una especie de abducción. Mi total respeto para aquellas personas igualitaristas que luchan día a día por la igualdad de sexos en derechos, obligaciones y oportunidades. Mi desprecio más absoluto para machistas, feminazis, carcas y pseudoprogres que fomentan la discriminación de una persona por razón de su sexo.

Fuente: http://josueferrer.com/2012/06/13/feminazis/

12189980_949791225093685_5385877784384281559_n

5 comentarios sobre “La insoportable forma de ser de las feminazis.

  1. Qué buen articulo. Ya estaba bueno de que alguien dijera las cosas por su nombre. Y es que es justo como dices; esto ya no se está tratando de igualdad, sino derechamente de una revancha que degrade al varón. Y no, no te considero machista; lo que dices es lo justo y necesario ante tanta impertinencia. Y te digo más. Acá en sociedad conyugal lo que gana la mujer por su trabajo es de su exclusiva propiedad. Y lo que trabaja el marido, es de los dos. Otra más; las mujeres jubilan a los 60 años y los hombres a los 65, encima de que los varones viven menos. O cuando se separan, las madres se quedan con los hijos y el hombre está obligado a mantenerles, incluso y aun cuando se les mezquine el derecho de visitas .¿Es esto “discriminación a la mujer”? Así que si te quieren atacar, pues deberá ser a lo menos a dos, porque yo estoy contigo, hermano. Saludos desde Chile. 😉

    Me gusta

  2. Leí este pésimo artículo hace bastante tiempo y siempre quise responderlo; lástima que me faltó tiempo, o simplemente lo dejé pasar. Ahora, buscando en la web escritos en donde se emplee el término feminazi -para fines de ejemplificar en clases la estupidez humana- , he vuelto a encontrarme con él, y esta vez quiero responderlo. No caeré en discutir sobre cada punto que aquí se plantea, sino que en uno particular: precisamente el que me llama más la atención y el que mi ética como especialista de la lengua, me llama a refutar.

    Estimado, en la lengua española contamos con 9 categorías gramaticales, supongo que debes conocerlas ¿Verdad? de todas formas, te las nombraré: Verbo, sustantivo, artículo, adjetivo, adverbio, pronombre, preposición, conjunción e interjección. En esta ocasión, me centraré en explicar algunas características de los sustantivos, o como profiero llamarles yo, nominales. Los nominales pueden ser analizados desde varios aspectos:
    A).- Clasificación semántica:
    – Según su extensión: Propio o común
    -Según su naturaleza: Concreto o abstracto
    -Según su contabilidad: Contable o incontable
    -Según su forma: Individual o colectivo

    B).- Clasificación morfológica:
    -Según su estructura: Simple o compuesta
    -Según su origen: Primitivo, derivativo o parasintético
    -Según su número: Singular, plural o invariable
    -Según su género: Motivado o inmotivado
    – Tipos de género: >Común: Tienen la misma forma para los dos géneros gramaticales: Ej: Periodista
    >Epiceno: Pueden ser sólo masculinos o femeninos: Ej: Persona, víctima, personaje
    >Ambigüo: Admiten su uso en uno u otro género. Ej: Armazón
    >Bigéneres: Sustantivos que con el cambio del artículo cambian también su significado. Ej: La capital/ El capital
    >Heterónimo: A cada género le corresponde una forma distinta. Ej: Gallo, gallina/Caballo, yegua.
    1.- Como puedes ver, la riqueza léxica de nuestra lengua nos ofrece numerosas características de cada categoría gramatical, en el caso de los nominales, estos poseen cinco formas de clasificarse según su género. Querido, los nominales «periodista», «socialista» o «machista» (estos últimos también pueden funcionar como adjetivos según contexto lingüístico) son de género común, es decir son invariables en género. No así los nominales «niño», «compañero» «ciudadano», que son de género motivado, es decir, admiten variación: «niña», «compañera», «ciudadana».

    2.- Según la segmentación morfológica del nominal Periodista, tenemos que -period- es el lexema o morfema de base, mientras que -ista- es un sufijo formador de sustantivo. La «a» en ningún caso nos entrega información de género. Por otro lado, según la segmentación morfológica del nominal «Niño», tenemos que -Niñ- es el lexema o morfema de base, mientras que «o» es un MORFEMA DESINENCIAL DE GÉNERO ALOMÓRFICO, alomórfico significa que admite variación de género: NIÑA.

    3) El hecho de que usted equipare la exigencia de las feministas por ser consideradas en el lenguaje, con la idea de hablar de «periodistos» o «socialistos» es un sin sentido, puesto que como ya mencioné anteriormente, son nominales sin variación de género, ES EL DETERMINANTE QUIEN ENTREGA INFORMACIÓN DE GÉNERO EN EL CASO DE ESOS NOMINALES: LA periodista/ El periodista – LA socialista/ EL socialista, hablar de socialistos y periodistos es una aberración lingüística. Hablar de compañeros y compañeras, ciudadanos y ciudadanas, niños y niñas en cambio, es algo totalmente reconocido por la real academia de nuestra lengua.

    4) Muy equivocado estás si crees que las feministas exigen que se hable de estudiantes y estudiantas, ayudantes y ayudantas, jóvenes, y jóvenas. Esto sí sería tan grotesco como «socialisto» y «periodisto», no «arquitecto y arquitecta», «todos y todas». Las mujeres no exigimos que se hable de jóvenas o estudiantas, porque sabemos que los nominales estudiante y joven no nos discriminan sexualmente, pues estos son de género común.

    5.- No es ninguna incoherencia feminazi hablar de «machista», pues lo que hacemos es incorporar al lexema -Mach- el sufijo adjetivador «ista», el que no admite variación a -isto- simplemente porque no existe, no ha sido construido por nuestro sistema de signos que es la lengua. Lo que sí es una incoherencia gramatical, es pretender que se hable de machisto.

    6.- Cada una de las categorías en que las feministas exigen que se incluya el morfema desinencial de género «a», admiten dicha variación. Jamás encontrarás a una feminista exigiendo que los adverbios tengan morfemas desinenciales de género, puesto que los adverbios no entregan variaciones de género: Breve/breva? lejos/lejas? Mas sí algunos nominales, adjetivos y por supuesto que los determinantes: Estimado/estimada, científico/científica, La joven/El joven. Cuál es el doblete absurdo, señor? las mismas categorías variables que la RAE ha instaurado? y que por cierto, las ha instaurado tras décadas de observación sobre cómo las y los hablantes hacen uso de la lengua.

    7.- Espero que te haya quedado un poco más claro la petición de las feministas en torno al lenguaje, y que luego de esto, dejes de hacer tan burdas comparaciones, las que sin duda sólo haría una persona con trastornos específicos del lenguaje.

    8.- Lee un poco más sobre la teoría de la gramática tradicional, pues debes no todos y todas deben ser especialistas, pero sí conocer un mínimo su lengua materna y saber discriminar las categorías que aceptan viariaciones de las que no, digo yo, para que no andes por la vida pasando vergüenzas.

    Si vas a responder, porfavor limítate a las nociones paramétricas del español, ya que es eso lo que he juzgado; el resto de tu análisis de machito progre y amenazado por el feminismo, para mí no es tema.

    Me gusta

    1. «El resto de tu análisis de machito progre y amenazado por el feminismo, para mí no es tema».

      Claro que no es tema para ti, eres incapaz de contraargumentar los demás hechos que se tratan en el artículo y lo único que puedes hacer es destilar tu misandria recalcitrante recurriendo al insulto; todo eso después de dar un sermón lingüístico, que no aporta absolutamente nada al tema central del artículo, para intentar dar sentido al sinsentido que defiende vuestra corriente.

      Me gusta

Deja un comentario